martes, 2 de marzo de 2010

Aprender a tener suerte

Muchas gracias a un lector con ojo de lince por avisarme de este excelente artículo sobre lo que diferencia a las personas que tienen suerte de las que no. Resulta que cada uno se fabrica su propia suerte sin darse cuenta. Las personas que no tienen suerte tienden a estar tensas y a perderse oportunidades inesperadas porque se centran en las fuentes de su ansiedad.

Y a la inversa, parece que las personas con suerte abordan las situaciones con un cierto grado de optimismo. El autor explica: “Mis investigaciones descubrieron que las personas con suerte generan su buena fortuna vía cuatro principios básicos. Son habilidosos a la hora de crear y descubrir oportunidades fortuitas, toman decisiones afortunadas al escuchar su intuición, crean profecías que se cumplen a sí mismas vía unas expectativas positivas y adoptan una actitud resistente que transforma la mala suerte en buena”.

He aquí un ejemplo personal el cual nunca consideré como un caso de suerte, pero que ciertamente encaja con las investigaciones del autor:

En el pasado, no me gustaban las reuniones sociales grandes. El parloteo en las fiestas me parecía superficial e invariablemente me lo pasaba mal y conocía a pocas personas que valiesen la pena. En algún momento, decidía abordar estos eventos de otra forma. Me dije a mí mismo: “En un grupo tan grande, aunque sólo sea por una cuestión de probabilidad estadística, tiene que haber una o dos personas realmente interesantes. Mi trabajo consiste en encontrarlas”.

De repente, la socialización se convirtió en un juego y me volví increíblemente bueno en descubrir personas interesantes dentro de un grupo. Eso hizo que las reuniones no sólo fuesen divertidas, sino además gratificantes.

Mucho después, alguien me comentó que tenía suerte de tener una red social tan grande y positiva. En retrospectiva, mi suerte fue el resultado directo de mi enfoque de una situación. Al mentalizarme para encontrar cosas buenas, pude encontrarlas. Cuando estaba convencido de que no podía salir nada bueno de la situación, creaba una profecía desafortunada que se cumplía a sí misma.

Ahora piense en cómo abordan los traders los mercados y sustituya los mercados por las reuniones de mi ejemplo anterior. Tal vez una buena parte del éxito en los mercados se reduzca a aprender a tener suerte: es más probable que encontremos oportunidades cuando esperamos encontrarlas.

Traducido del original: Learning to be Lucky

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